El hombre cree que lucha contra el mundo y al fin su lucha no es más que contra sí mismo, contra lo que lo encadena íntimamente, contra lo que él cree que él es.
Más allá de los dolores que lo aquejan –que conforman casi siempre el motivo de la consulta- la intimidad de la consulta médica homeopática revela que cada hombre trae una historia para contar, una pena para llorar y una forma particular de sentir y obrar en la vida. Que todo hombre es receptáculo de una voluntad y un entendimiento que determinan una acción, un movimiento, una realización hacia los fines y el cumplimiento del proceso que lo conduce a desempeñar su papel ontológico–teleológico-: actualizar lo latente o implícito. Que la vida es una constante actualización, una realización hacia la forma, hacia una determinación que implique la finalidad de la personalización del sujeto. Es decir, que la realización plena de las posibilidades del ser indica que todo tiende hacia la forma dado que los seres están determinados para llevar al acto su ser; y el acto es su fin y la conciencia el medio para alcanzarlo.
Vamos a ver esta noche como esta visión antropológica, filosófica y teleológica del hombre atraviesa la historia de la Homeopatía, orienta la comprensión de lo digno de ser curado y señala el camino del verdadero restablecimiento de la salud en cada caso en particular: LA CONCIENCIA. LA ENFERMEDAD. EL ALTO FIN DE LA CURACIÓN HOMEOPÁTICA.